HUARA

La estrella de la pampa.


El inicio del pueblo de Huara  data desde el año  1885. Una vez concluida la Guerra del Pacífico fue creado para cumplir la función de centro administrativo y servicios referentes al salitre.  Llegó a contar con casi 7.000 habitantes y una importante estación ferroviaria. Fue epicentro de muchos de los principales eventos de la Campaña de Tarapacá durante la Guerra del Pacífico, como las batallas de Pampa Germania, Dolores y Tarapacá.

Actualmente Huara, cuyo nombre en aymará significa Estrella, es un poblado salitrero  y capital de la misma comuna, ubicado en medio de la pampa del Tamarugal entre las ciudades de Iquique y Arica, siendo atravesada por la Ruta 5 Panamericana.  La comuna como tal fue creada en el año 1927,  comprende los poblados de Pisagua y San Lorenzo de Tarapacá, uno al este y el otro al oeste de la carretera; además de Pachica, Mocha, Sibaya, Sotoca, Chiapa, Jaiña, Huaviña, Miñimiñe, Achacagua, Chusmiza y Caleta Buena.  La mayoría asentados en la sierra andina, otros en la pampa del Tamarugal y sólo en la costa está Pisagua, Caleta Buena y Caleta Junín.
En una de las calles principales del pueblo de Huara se encuentra una antigua y bien mantenida farmacia, la Botica Libertad, transformada hoy en un museo, conservando frascos medicinales de porcelana en estanterías de pino oregón y roble americano del tiempo del salitre, además la Estación Ferroviaria declarada Monumento Nacional.  En la actualidad a causa de la reactivación de las faenas de yodo y salitre, esta comuna está repoblándose, cuenta con escuela y liceo, servicios básicos, posta de salud y de policía.
Uno de los grandes atractivos de la comuna se encuentra en la carretera hacia la quebrada de Tarapacá. En medio de la planicie se encuentra el cerro Unitas[1], que en una de sus laderas está grabado un enorme geoglifo, la figura antropomorfa prehistórica más grande del mundo, conocido como el Gigante de Tarapacá o de Atacama, de 86 metros de altura, la que ha planteado diversas teoría y mitos sobre su significado, existencia y confección.  Otro de los atractivos es la fiesta popular religiosa de San Lorenzo que se efectúa los días 10 de agosto en el poblado de Tarapacá, un asentamiento colonial con calles de piedra con una antigua iglesia de adobe y un campanario del siglo XVI, donde confluye gran cantidad de fieles y bailes religiosos, razón por la cual ese día se ha declarado feriado regional.


Narraciones del Desierto IV: Las trenzas de Carmela.

El sol quemante y mucho calor que refrescábamos con agua y helados hacían notar la principal característica climática de la pampa. Un diáfano cielo azul  dando paso  al viento que levantaba la chusca, finísima tierra que se mete en todas partes sin ser invitada.

Nuestra música Arasay tendría hoy doble escenario por la razón que también es integrante de Kirqui Wayra, una de las compañías de danzas tradicionales más importante del Norte de Chile, con una enorme trayectoria internacional, que al anochecer se presentarían en un local a solo unos metros de donde realizaríamos nuestra función.   Arasay se quedaría en Huara. Es la cantante principal del homenaje que la Compañía le hace a Violeta Parra en sus 100 años, donde ella canta maravillosamente el repertorio de ese espectáculo. 

Mientras nosotros armábamos el lugar, ella tranquilamente se maquillaba, se ponía pestañas postizas para al término de nuestra función estar lista e incorporarse a su otra actividad.  Además teníamos dos invitadas especiales, amigas del grupo y del director que conocían de nuestra historia teatral en el teatro tradicional,  pero no tenían antecedentes del Teatro Espontáneo, tampoco habían visto funciones de esta modalidad escénica, por esta razón y los pocos días que estarían en la ciudad nos acompañaron en nuestro viaje a Huara.   Ellas, ambas relacionadas con la cultura.  Alejandra actriz nortina radicada los últimos 10 años en Temuco desplegado allí su carrera y Patricia que es  bibliotecóloga, estudios efectuados  en Iquique, es funcionaria de años en la Biblioteca Nacional en el Departamento de Memoria Chilena, en Santiago.  A ellas todo lo que hacíamos: armar el espacio, poner las telas de colores, el caldeamiento, la inducción al público les fue creando mayores expectativas,  que registraban con sus cámaras fotográficas y en sus memorias.

El público empezó lentamente a llegar, se escuchaban las pruebas de sonido del espectáculo de Arasay.  Dimos comienzo a la función, sin grandes retrasos.  Las narraciones esta vez afloran rápidamente. El público sabía que el tema serían las narraciones de su territorio,  estaba en  los afiches instalados por el pueblo y en los flayer (postales) que se entregaban al ingresar a la sala.   Quien primero levantó la mano para acceder a la silla del narrador fue una abuelita acompañada de su hermana, personas  muy conocidas en el pueblo, dueñas de una antigua panadería.

Impecable con sus más de 80 años estaba doña Carmela, cautivando toda nuestra atención su lindo peinado de trenzas que coronan la nuca.  Ella fue en Huara  el “pez dorado” del que nos habla Peter Brooks, al hacer la similitud con el pescador que recoge la red con muchos peces diversos,  pero uno de ellos es el valioso, que puede otorgar el sustento.   Por su edad la voz de Carmela era baja, además el calor hizo que las puertas y las ventanas permanecieron abiertas introduciendo el ruido ambiente, por eso  tuvimos que prestarle mucha atención a su narración.



[1] Unita o Unitas, nombre derivado de una corrupción de Umita o Uma, que en aymara significa agua